Huérfana de patrias y banderas –libre–,
vine a edificar mi reino sobre arenas movedizas.
Una docena de cuadros, una cama, muchos libros y
dos príncipes herederos.
Que el conquistador vino desde la isla a tierra firme y
malogró sus naves en el empeño.
¿Tierra firme?
Inundaciones y derrumbes. ¿O acaso
pensaban que el lago iba a dejar secarse en vano?
Contempla, oh, pueblo soberbio,
la verdadera venganza de Moctezuma.
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