sábado, 21 de junio de 2014

relatividad

Con treinta y seis, mi madre tenía dos hijas de catorce y nueve años. Con treinta y seis, murió la madre de mi amiga Ana de un cáncer de pecho. Con treinta y seis, Ricardo había fundado tres revistas y la edición extranjera de otra, y me conoció, como diría la Biblia.

Con treinta y seis, pardiez. Tantos y tan pocos.

lunes, 2 de junio de 2014

cartas al Rey



Seis cuarenta y cuatro de la mañana, mensaje de mi amigo Gastón García Marinozzi, argentino residente en el D.F., dos hijos mexicanos como dos soles: "¿Duermes? ¡¡Es que ya no tenemos rey!! Buenos días".

"Ya no tenemos rey". En ese plural entre exclamaciones, reconocí al niño cordobés Gastón de nueve años, que escribía cartas a personajes célebres, no importaba cuán altos fueran: el papa Juan Pablo II, el presidente de Argentina Raúl Alfonsín, el de la FIFA João Havelange, el rey Juan Carlos I... "El Papa nunca contestó, siempre supe que era un hijo de puta. Ni Alfonsín. Los únicos, João y el rey". Con Havelange rompió la fecunda relación epistolar ("me escribió cuatro o cinco cartas, el que más") cuando echó a Maradona de la competición ("por solidaridad con el Diego"), así que sólo le quedaba el rey de España. Gastón le contaba de su abuela española, el rey le preguntaba por sus estudios. Gastón tiene cartas firmadas por Juan Carlos I dirigidas a él, niño argentino de la provincia de nueve años. Puede que sea el extranjero que más siente esta abdicación. Cualquier otro rey de España ya no es el suyo.