jueves, 21 de abril de 2011

beaux amis

Veo venir, allá a lo lejos, al próximo Evo Harrington del mundillo. Nunca me equivoco. Ahí están, mosquitamuertiles al principio, con cierta estrategia un poco burda, sin ninguna vergüenza al final. A la hora del gran estreno, me encantaría ser Addison DeWitt, pero al final siempre soy más Margo Channing...

miércoles, 20 de abril de 2011

el misterio del plumero

Había desaparecido también el plumero. La última vez que lo vi fue sobre una estantería en la biblioteca, hará un par de meses. Era algo habitual: ella nunca lo guardaba en su sitio. Noté que cada vez lo usaba menos, aunque era muy útil para quitar el polvo de tantos libros, y el lunes que se fue, que le pedí limpiar las persianas del salón, me extrañó que ni siquiera lo cogiera. Entonces yo no sabía que se iba, y que ya había dejado los recortes de periódico en lugar de los billetes. Tardé aún dos días.

Ayer encontré el plumero, en el armario del lavadero, casi en el suelo, detrás de cacharros varios. Le había cortado las plumas hasta el palo. Una visión macabra. Una metáfora de la podedumbre de un país donde la primera intención no es –no puede ser– ir a la policía.

Pero todo esto son fantasías. No hay ninguna razón lógica para que destrozara el plumero. Otra pregunta que no podremos responder nunca.

domingo, 17 de abril de 2011

AE en la región 4 (y VI)



A nuestra derecha, sobre la baranda, su Aurora Perea. Pero aclaro que La Embajada Jarocha no es un antojo para mí, algo pasajero y arbitrario sujeto a esta "condición grávida" (así decía), sino una necesidad física y emocional solo comparable al sexo. Los amigos solo para bailar, de hecho, requieren la misma condición que los amigos solo para follar: la maestría. Para algo inferior, ya está el amor. Sí, bailó bolero y son. Tampoco sabrá nunca escribir una novela y lo queremos igual (¡incluso por eso!) Ya digo: el amor.

Al día siguiente cayó una granizada nunca vista en decenios, ni en invierno ni en verano, ni en septiembre ni en abril (especialmente en abril), y creo que pensó en el fin del mundo mientras veía el Zócalo alfombrarse de blanco. Teniendo en cuenta que en la misma semana le tocó el día más seco y el más contaminado, no hay temor en asegurar que es capaz de revolver hasta las fuerzas más elementales (a esto lo llamaría ficción).

Se fue contento: nos despedimos en el Pujol (oh, el destino). Todo lo que dirá sobre él es cierto.

viernes, 15 de abril de 2011

AE en la región 4 (V)

La cara: la edad de oro del periodismo, y la cruz: no existe un modelo de negocio. Declaración de amor: Cayuela es un hombre afortunado, y deseclaración: ¡anda ya, pero si estás embarazada cada dos segundos!

Instalados en El Bajío –según Adrià el mejor restaurante mexicano del mundo, quién soy yo para contradecirle–, dice que estaré contenta, ahora que voy a dejar de explotarlo. ¡Explotarlo! Este hombre no sabe lo que es trabajar.

Ahora me lo llevo a bailar. Si me pidió Paquita la del Barrio, digo yo que no le molestará la Embajada Jarocha...

jueves, 14 de abril de 2011

AE en la región 4 (IV)

Fue gracioso ayer escuchar de los periodistas del programa Prensa y Democracia que al principio tuvieron un choque cultural con él. Que no están acostumbrados a que los traten así ("les gusta hablar como les gusta hacer footing", "¿podría usted bajar un poco a lo concreto?", "nada, nada, no, no sabe nada"), pero que al día siguiente ya se lo tomaban bien. Y reían honestamente. ¡Poco han tardado! No saben estos lo mal que sientan en España las bromas a la arganzuela. Me cayeron bien: profesionales que se juegan la vida en provincias, o que simplemente intentan hacer su trabajo lo mejor que pueden, pero perdidos en la espesura. Todos lo estamos. También él, y reconoce hasta dónde llegan sus faros antiniebla, como siempre. "No sé", decía Octavio Paz tantas veces...

En fin, que no hay nada como el buen sueño para atacar como se debe las palabrotas. Lo dejé descansar a mediodía también, y el tema daba para tanto que se extendió por la tarde. Energía. Preguntas. Algunas respuestas, no todas. Es imposible por ahora.

A pesar de mi tristeza intentaba el buen humor. ¡Pero Ricardo!, me confundía a veces. "¡Ves como somos un matrimonio y solo llevamos tres días juntos!"

AE en la región 4 (III)

Día terrible. Sí, allí estaba mi blusa de flores, pero no yo. No entera ni enteramente. Los alumnos me dijeron que la sesión fue muy provechosa y les creo a partir de lo que presencié.

Como no estaba en mis cabales, cometí varios errores que pagué con sus quejas. Incluida la de mi atuendo, inapropiado para presentar a Aly por la tarde. No dejo de temer que se nos rompa el amor de tanto usarlo, pero hoy yo tenía una disculpa.

De pronto, antes y después de Aly, tan cansadísimos los dos, mi temor es inverso al de ayer: maravillosa su lucidez, pero qué pasa si él no entiende México. Si todo se queda en ah, este país, cuánto poeta, cuánta ficción... En fin, veremos.

Hoy nos merecemos descansar.

martes, 12 de abril de 2011

AE en la región 4 (II)

Tuve un temor súbito viéndolo ayer en la tele concitar tanta, tanta complicidad: maravillosa la amabilidad mexicana, pero qué pasa si no le entienden. Si todo se queda en ah, este chico, qué incómodo es, qué simpático... En fin, veremos.

Por lo pronto no hay que desmoralizarlo, porque hasta ahora está muy contento. Lo que dijo hoy ya lo vieron. La sesión de la tarde demostró que Javier Bauluz debería pagarle comisión. Pero lo más importante del día vino de la cena de anoche con la policía –nombres, nombres, tumbas a los muertos– donde entre otras cosas pretendieron que comiera insectos y un helado rojoblanquiverde, al más puro estilo Ferrigni.

A mediodía no mejoró el panorama culinario: como no entendieron en el comedor qué era un lácteo o su derivado, no comió casi nada. Hizo bien. Por la noche nos resarcimos en el Nobu, del que él hablará mejor. Unos granos de arroz del sushi tuvieron la puntería de resbalarme por el escote, pero me dio vergüenza decirles a los chicos, enfrascados como estábamos en el tema más serio que podíamos tener: los hijos. Como luego empezamos hablar de tríos (unhombre-dosmujeres, no malpiensen), tampoco iba yo a molestar. Y el caso es que al levantarme, los granos de arroz habían desaparecido: no cayeron por el vestido, como corresponde al normal funcionamiento de la ley de la gravedad. Misterio. (Y misterio por qué salió al pasillo en toalla de baño –licencia poética, lo que yo decía–: no se acuerda).

Con respecto a los jueguitos entre mujeres, por cierto, y antes de que él dé la exclusiva que amenaza con dar, la doy yo: sí, la hija de Bauluz y yo bailamos una noche.

lunes, 11 de abril de 2011

AE en la región 4 (I)

Cosa de las dos y media le mandé un meil sorprendiéndome de que alguien fuera capaz de dormir tanto en estas alturas, con este polvo de temporada seca y el jet lag europeo a cuestas. En realidad lo hice por molestar, porque Verónica, aka el link en la sombra, ya me había dicho que estaba despierto. De hecho ya había colgado su primer post americano.

Ya por teléfono, me contó una historia rarísima de quedarse en el pasillo desnudo (licencia poética, supongo) sin nadie que le abriese la puerta. Que se lo pidió a una limpiadora y ella le contestó que no podía porque no era competencia suya. Ah, bienvenido a México, con equis.

Llega a casa con un regalo que ya da por bueno el viaje, qué periodismo ni qué terrorismo ni qué internet: dos cilindros de oro con la última cosecha de Nicolás Gómez Marín. Yo, que estado en esa almazara, sé lo que vale (y no hablo de los recuerdos que me trae).

Está más delgado desde aquel día de San Esteban: el deslactosamiento le sienta bien. Aunque una vida sin queso... ¡y sin Sacha! No me puedo imaginar tanta tristeza.

Apenas hay tiempo para ponerle al día en su agenda. Entrevista a las cinco y media, luego tele y luego cena con el gobierno. Como me toca quedarme de niñera, mañana cuelgo los enlaces correspondientes y cuento del cuento lo que me cuente Cayuela.