sábado, 25 de octubre de 2008

Rob y Kirsten

Una termina de leer Nobleza de espíritu. Una idea olvidada (DGE Equilibrista) y siente lo que al cerrar Terre des hommes, de Antoine de Saint-Exupéry: una punzada de dolor por la general indolencia del ser humano y otra de alegría por descubrir que no todo está perdido. También una enorme simpatía hacia su autor, Rob Riemen: ¿quién es este señor que tan joven es capaz de guiar en la oscuridad como un anciano faro de isla mediterránea? Da en el clavo de nuestros males. Se bate sin arredro junto a grandes nombres cada día más olvidados –Thomas Mann, Spinoza, Platón, Albert Camus, Leone Ginzburg– contra los predicadores del nada es y el todo vale, con el loco Nietszche a la cabeza. Es, en suma, un bastión de la cultura europea destruida con ahínco entre el 14 y el 45.

Pues bien, aquí estuvo toda la semana el bastión junto a su brillantísima mujer, Kirsten Walgreen, que vendría a ser sus cañones. Con ella fundó el Nexus Instituut de Tilburg, en los Países Bajos, cuando ambos eran jóvenes de insulto (ella veinticuatro, él nueve años más), y desde entonces, hace ya casi tres lustros, han sido capaces de convocar cada año a los principales intelectuales del mundo –Elisabeth Mann Borgese, George Steiner, Mario Vargas Llosa, Francis Fukuyama, Sonia Gandhi, Ian McEwan...– ¿a qué?, a conversar y confrontarse a la manera mayéutica, a mantener encendida la vela de los valores universales y de la cultura por encima de todo.

Conocerlos es volver a creer. Son divertidos, entusiastas y extraordinariamente generosos. Son, digo con orgullo, nuestros nuevos amigos.

viernes, 10 de octubre de 2008

me duele, mucho, y qué

Dos cositas sobre el dolor y sobre mí:

Una: no lo soporto. Y reflexiono. "Eres muy fuerte", dicen. Mentira. Lloro, pataleo y me muerdo el labio cuando me duele. Aguanto porque no me queda más remedio. Y no me mande Dios lo que soy capaz de aguantar, como dice la madre de la sabia Carolina Maqueda. Reflexiono más, quizá exagerando: yo, puesta en una situación de la que salen sólo los salvados (hora de leer a Primo Levi si no lo han hecho ya), sería una hundida.

Dos: está muy idealizado. "Ay, ay, cómo sufría Frida Kahlo y qué bien le salían las pinturas sublimando el dolor". Mentira. No soy quién para decir si el arte de Frida es bueno, malo o regular. Sólo diré que lo suyo más bien parece un versillo de la Martirio: "que yo voy al trabajo a reírme y a descansar". Ocupada en un quehacer, una piensa menos en otras cosas. Renuncio a la creatividad si está unida al dolor, igual que si está unida al abismo y la oscuridad de las drogas duras. Y mira, de hecho las drogas, ¡para que me quiten los dolores!

(A todo esto, truenan las campanas del fin del mundo. Anda, anda, que Bush va a salir en hombros por la puerta grande del infierno...)